Rife curó con éxito varias enfermedades con terapia de frecuencia. Su trabajo obtuvo la máxima atención tras un ensayo clínico realizado en 1934 en La Jolla, California, en el que devolvió la posibilidad de una vida sana a 16 pacientes terminales de cáncer tras 3 meses de tratamiento. El ensayo clínico de electromedicina, que tuvo un éxito del 100%, fue supervisado y controlado por 5 médicos acreditados y un patólogo.
El método terapéutico de Rife fue adoptado posteriormente por varios médicos y 3 clínicas de Los Ángeles, Pasadena y San Diego y se ha utilizado con éxito durante años para tratar a pacientes con cáncer. La prestigiosa Smithsonian Institution, en su informe anual publicado en 1944, dedicó un artículo científico especial a los nuevos microscopios, detallando los resultados obtenidos con el microscopio universal de Rife.
Con el tiempo, Rife encontró la oposición de prácticamente toda la profesión médica oficial, encabezada por la Asociación Médica Americana (AMA), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y las empresas farmacéuticas dedicadas a la producción de agentes quimioterapéuticos. En pocos años, Rife fue destruido física y moralmente, su laboratorio incendiado, su microscopio especial destruido y el propio inventor demandado en 1939. Los médicos que habían seguido el método del inventor y lo habían aplicado con éxito durante años también se vieron obligados a abandonar su práctica.
Afortunadamente, la lista de frecuencias descubiertas por Rife se conservó y siguió siendo utilizada por los seguidores del inventor. El sucesor más conocido de su obra fue su colega investigador John Crane, y más tarde Hulda Clark, que añadieron más frecuencias a la base de datos y desarrollaron nuevos métodos terapéuticos.
Fuentes utilizadas para describir la vida y obra de Rife:
Barry Lynes: The Cancer Cure That Worked, BioMed Publishing Group, 1987
Barry Lynes Rife’s World of Electromedicine, BioMed Publishing Group, 2009.